Son soñadores, fantasiosos, distraídos (colgados, en lenguaje porteño), místicos o religiosos, conectados con el inconsciente y lo que está mas allá de mí. Muchos parecen que anduvieran "un poco en el aire".
Son perceptivos, intuitivos, fusionantes, se mimetizan con el entorno y esto los puede confundir en la definición de su propio yo. En su versión positiva son compasivos, teniendo la capacidad de "sentir" lo que siente elotro y con grandes dotes para consolar, ayudar...